Caracas, 27 de Septiembre, 2015.
Muy estimado(a)s amigo(a)s:
reciban un cordial saludo y los mejores deseos en lo personal, familiar, profesional y para el común compromiso de servicio a la dignificación de nuestros hermanos y pueblos en el Continente.
El propósito de estas líneas es invitarles, en nombre propio e interpretando el sentir de los Consejos Directivo y General, a celebrar una doble memoria, de gratitud y de servicio, y a renovar un compromiso y una esperanza. En efecto, y en primer lugar, se trata de recordarles, si falta hiciera, que el próximo día 3 se conmemorará el primer aniversario de la partida hacia la casa del Padre, de nuestro fraterno e inolvidable fundador, orientador y primer Director General, Luis Enrique Marius. Por ello deseamos compartir con todos una jornada de memoria agradecida: a Dios en primer término, por la vida y ejemplo personales, familiares y laborales de “Quique”, y al propio Luis Enrique, por su ininterrumpido e infatigable testimonio de servicio a nuestros hermanos latinoamericanos, en particular los trabajadores y los de los sectores más vulnerables y desprotegidos en sus derechos humanos. Con tal motivo les sugerimos y pediríamos reunirse, según las posibilidades, en una celebración eucarística, es decir, de acción de gracias a Dios, y en torno a alguna actividad que permita la reflexión y la renovación del compromiso que guió su vida, en particular, el resumido en la propuesta del CELADIC en favor del desarrollo humano integral, la identidad y la integración de nuestros pueblos.
Al mismo tiempo deseamos que todos Uds., miembros, amigos, colaboradores e interlocutores del CELADIC, así como egresados de los Programas, compartan la memoria de nuestro primer decenio de servicio, 2005-2015. Servicio, como lugar de encuentro de personas, ideales, proyectos y realizaciones, en los ámbitos mencionados, a lo largo y ancho de nuestras geografías y en los diversos espacios socio-económicos, políticos, culturales y religiosos de nuestra América Latina, de manera sencilla, pero fiel y consecuente. Servicio a través de nuestras reuniones institucionales y visitas periódicas de intercambio, formación, animación y asesoría; de nuestras iniciativas de convenios de cooperación académica, estudio, reflexión, comunicación, información, edición y distribución de materiales en torno a temas, acontecimientos cotidianos y procesos de defensa y promoción de derechos, exigencias y esperanzas de hombres y mujeres de nuestras comunidades y sociedades.
Servicio que, en este último año, debemos reconocerlo, conoce un ritmo menos intenso, particularmente cuantitativo, de presencia y actividades, en virtud, tanto del necesario y exigente proceso de ajuste y renovación internos tras la partida de Marius, como de la coincidencia de limitación de recursos y medios. Servicio que, sin embargo, permanece inalterable en la consecución de sus objetivos y metas, por la conciencia de que los canales e instrumentos pueden variar, sufrir altibajos, pero que lo importante es mantener en alto y con lucidez el fin último de nuestro compromiso: la dignificación de las personas, de nuestros hermanos como sujetos de su propio destino y protagonistas de su integral desarrollo y liberación. Para este caminar de esperanza disponemos, en estos últimos tiempos, de dos “referencias para el camino” particularmente significativas. La una, que ya está marcando época, la reciente Carta-Encíclica del Papa Francisco, Laudato Si, consagrada al tema de la Ecología en la integralidad de sus dimensiones. Ella se nos presenta como un obsequio de singular importancia, por la trascendencia del ser y actuar del Papa en el concierto mundial; por el impulso que significa para uno de los temas claves de nuestro “menú de la casa”; pero tal vez, más aún, por la peculiar perspectiva de su enfoque para la renovación de nuestro servicio: la Ecología no tanto como “un tema”, sino como una “dimensión”, por su nexo vital con el conjunto de lo humano, de todo el desarrollo integral.
La otra “referencia” se refiere a la publicación, ya en manos de la mayoría de Uds. desde hace meses y que hoy nos permitimos obsequiarles en versión digital, del último número publicado de la revista Aportes (# 24, marzo, 2015). Publicación que, como se señala en su Editorial, “(quiere ser) un pequeño, sencillo, pero sincero homenaje de recuerdo fraterno a la persona, la obra y la enseñanza…de Luis Enrique Marius…(en base a)…una amplia gama de temas, a lo largo de decenios… (y como) servicio al lector y ocasión de difusión, reflexión y aplicación de algunas de
Centro Latinoamericano para el Desarrollo, la Integración y Cooperación.
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las…vetas de (su) sensibilidad, creatividad y sentido de responsabilidad…enmarcada(s) en la coherencia, humana y cristiana, de una memoria fiel, un compromiso solidario y un proyecto esperanzador”.
Sólo me resta agradecer su permanente disponibilidad para “encontrarnos” y para co-laborar, con espíritu de fidelidad creadora, discernimiento realista y confiada expectativa, en la tarea “nova et vetera” – siempre nueva y siempre la misma – de encarnar el “sueño” exigente de la dignificación humana de nuestros hermanos y pueblos. Con un abrazo fraterno.